martes, 11 de noviembre de 2008

HISTORIA DE LA CONQUISTA DE LA ANTARTIDA

Scott llegó a la Antártida en el ballenero escocés Terra Nova en Enero de 1911. Ese mismo mes llegó Amundsen, a bordo del Fram, a la Bahía de las Ballenas (situada unas 60 millas más cerca del Polo Sur que la base de Scott, en McMurdo).
Cuando Scott recibió un telegrama de Amundsen en el que le informaba que también se dirigía al Polo Sur no ocultó su disgusto. El comportamiento de Admusen le pareció desleal por no hacer públicas sus intenciones con una mayor antelación. Admunsen había difundido la idea de que se proponía realizar una expedición al Ártico, cuando en realidad tenía en mente el proyecto de llegar al Polo Sur.
Scott, consideró que era de vital importancia para él y para su país ser el primero en alcanzar el Polo. Su expedición estaba formada por Henry Bowers, Edward Wilson, Edgar Evans y Lawrence Oates.
El texto del telegrama en el que Amundsen advertía su cambio de planes a Scott fue el siguiente:
Me permito informarle que el Fram se dirige a la Antártida. Amundsen
A las 15:00 del viernes 14 de diciembre de 1911, los noruegos alcanzaron los 90º de latitud Sur: el Polo Sur de la Tierra. Pasaron tres días allí y emprendieron el viaje de regreso a su campamento base (Framheim), al que llegaron el 25 de enero. Tardaron 97 días en ir y volver.
Cuando Scott llegó al Polo, el 18 de enero de 1912, descubrió que Amundsen lo había logrado más de un mes antes. Amundsen dejó una bandera noruega, una tienda negra y una carta para Scott. La carta decía lo siguiente:
Querido Capitán Scott:
Como usted probablemente es el primero en alcanzar este área después de nosotros, le pediría amablemente expedir esta carta al Rey Haakon VII. Si usted quiere usar cualquiera de los artículos abandonados en la tienda no deje de hacerlo. El trineo dejado fuera puede ser empleado por usted.
Con saludos cordiales, le deseo una vuelta segura. Cordiales saludos, Roald Amundsen.
La enorme diferencia estratégica entre las dos expediciones hizo que Scott fracasara dramáticamente y Amundsen lograse el éxito. Amundsen utilizó para transportarse cuatro trineos y perros de raza groenlandesa, liderados por la hembra Etah. Todos los perros estaban magníficamente adiestrados y Amundsen y sus hombres los controlaban a la perfección. Amundsen tuvo que sacrificar algunos de estos animales antes de llegar al Polo y reservar su carne para el viaje de regreso. De este modo, disminuía el peso del alimento de los perros y garantizaba la alimentación de los perros supervivientes.
Sin embargo, Scott se resistía a emplear estos animales ya que detestaba la idea de sacrificar a los perros para alimentar a los demás. Por este motivo, los perros que llevaba los mandó de vuelta cuando la situación fue empeorando. Llevaba 3 trineos con motor que pronto se averiaron y sus 17 ponies, que cargaban pesados sacos con avena para su alimentación, se hundían en la nieve y al transpirar por todo el cuerpo, su piel se congelaba. Scott tuvo que ordenar su sacrifico. Sin animales que ayudasen, la expedición tuvo que continuar a pie cargando con su equipo.
La expedición de Amundsen tenía, además, mejor equipamiento, ropa de más abrigo y mejores alimentos. Éstos consistían en una ración diaria de 380 gramos de galletas, 350 gramos de pemmican (una comida concentrada, consistente en una masa de carne seca pulverizada, bayas desecadas y grasas), 40 gramos de chocolate y 60 gramos de leche en polvo.
Scott también llevaba una gran cantidad de pemmican, pero no tan rica en grasa como la de su rival Amundsen, y el esfuerzo de arrastrar los trineos requería la ingesta de unas 5000 calorías diarias.
Amundsen aprendió técnicas de supervivencia de los indígenas de los climas árticos, algo que no hizo Scott. Aunque realmente, él no hizo sino seguir las indicaciones y consejos de sus predecesores en el Ártico y de sus superiores de la Royal Navy, quienes no quisieron o no supieron aprender demasiado de los inuit.
El primer miembro de la expedición de Scott que murió fue Evans, que se encontraba herido tras una caída.
Poco después falleció, Oates, quien había perdido la movilidad de un pie por la congelación, lo que obligó a sus compañeros a llevarlo a cuestas. Oates, pidió a sus compañeros que lo abandonasen, pero ellos se negaron rotundamente. Comprendiendo que era una carga para los demás, abandonó la tienda en medio de una terrible ventisca y a -43º C., pronunciando una célebre frase que lo convertiría en héroe nacional: “Sólo voy a salir un rato”. Nunca regresó. Ese día cumplía 32 años.
El 12 de noviembre de 1912, se encontraron los cadáveres de los otros tres miembros de la expedición en su tienda. Bowers estaba envuelto en su saco y Wilson tenía las manos cruzadas sobre el pecho, parecía que ambos murieron mientras dormían. Scott tenía medio cuerpo fuera del saco y uno de sus brazos extendido hacia Wilson, había sido el último en morir.
Junto a sus restos mortales se encontraron sus diarios. El diario de Scott contenía una conocida frase:
… me gustaría tener una historia que contar sobre la fortaleza, resistencia y valor de mis compañeros que removería el corazón de todos los ingleses. Estas torpes notas y nuestros cuerpos muertos, contarán la historia.
Mientras que Amundsen realizó una expedición eficaz y sin grandes contratiempos, Scott y sus hombres fracasaron por no tener una buena planificación de su viaje: la inanición, el agotamiento físico, el frío extremo y el escorbuto provocaron la muerte de toda la expedición de Scott.
Clima
Sobre casi toda la superficie del continente impera el
clima polar, donde la temperatura promedio del mes más cálido no supera los 0° C. El clima llamado de tundra, donde el promedio del mes más cálido supera los 0° C, se presenta sólo en las zonas costeras más septentrionales, como en la Península Antártica, islas adyacentes e islas subantárticas. La temperatura media de esta región es de -17° Celsius, y la más baja se registró en la estación antártica rusa de Vostok, el 21 de julio de 1983, cuando el termómetro marcó -89,2 °C, la menor temperatura registrada en la superficie de la Tierra.
En la Antártida también se han registrado los vientos más intensos de la superficie terrestre: 327
km/h, en julio de 1972, en la estación científica francesa Dumont d'Urville.
A
presión atmosférica, las moléculas de agua se estructuran de manera tetraédrica, en virtud del enlace de hidrógeno. Por esto, las moléculas de agua se amontonan de manera compacta, por lo tanto, la densidad del hielo es menor que la del agua (alrededor de 0,9). El cristal de hielo tiene una estructura hexagonal espaciada

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